lunes, 1 de febrero de 2016

Cómo fomentar el entusiasmo a fin de lograr un aprendizaje significativo

Niña, Joven, Hermosa, Niño, Retrato, Persona, Cara 
La ausencia del entusiasmo se define como el déficit en el estado de animación, se puede mostrar por la falta de interés del estudiante hacia la actividad escolar; en tal sentido, mostrará poco apasionamiento y vehemencia hacia las experiencias escolares. Cabe destacar, que cuando el estudiante muestra distracción, apatía y falta de motivación en el proceso de aprendizaje, la ausencia de entusiasmo constituye una característica importante en la conducta escolar; así, poco se animará o interesará por su desempeño académico, mostrará incapacidad para mostrar ánimo e interés en las asignaciones programadas por el docente.

De allí, que este elemento muestra en muchas ocasiones un gran problema educativo, pues los estudiantes que suelen adoptar dicha conducta se caracterizan por una actitud pasiva y poco interesada ante el trabajo realizado en la institución escolar, lo cual influye directamente en el desempeño y objetivos educativos. Por tanto, es uno de los problemas más frecuentes a los que se debe enfrentar el docente, porque la falta de motivación para las actividades escolares constituirá un comportamiento típico en virtud del escaso ánimo o afán por cumplir con las obligaciones que derivan de la permanencia en la institución.
Es relevante, considerar que las conductas impropias o no operativas como el déficit de entusiasmo, conocida también como apatía escolar, se puede minimizar o reducir, mientras se refuerza simultáneamente, la conducta provechosa o adaptativa, manipulándose las consecuencias de la presentación de cualquier evento que pueda desencadenar levantar su aniño e interés. Es ahí,  precisamente, donde es importante la observación para detectar las áreas donde se pueda captar la atención al educando y de allí propiciar situaciones de aprendizajes, que permitan incorporarlos progresivamente a la acción escolar. Es por ello, que les hago entrega de algunas estrategias que nos ayudarán a fomentar el entusiasmo en los estudiantes para así mejorar su aprendizaje:
  1. Durante las actividades académicas se podrían ir incorporando a los estudiantes que han mostrado dicha conducta a través de dramatizaciones con segundos personajes e ir aumentando su participación a medida que se desarrolle la trama,  según el contenido programático desarrollado, especialmente en temas históricos y valores esto le despierta el entusiasmo en el estudiante, le permite romper la timidez en forma progresiva y le proporciona seguridad para nuevos retos educativos.
  2. Dar reforzadores positivos cuando cumplan puntualmente con las asignaciones y lleguen puntualmente al recinto escolar.
  3. Colocar asignaciones escolares desde lo más simple a lo más complejo de manera de crear el sentimiento de logros y satisfacción por el deber cumplido y el alcance de metas académicas.
  4. Efectuar evaluaciones progresivas tanto en lo asignado en el aula como los compromisos indicados para el hogar.
  5. Indicar a los padres y aplicarlo en el aula la Programación neuro-lingüística: iniciando con  verbalizaciones positivas como: “Voy a salir bien“, “si puedo lograrlo”, “tengo las capacidades para efectuar la actividades indicadas”. 
  6. Y, por último, otra estrategia que nos ayudará a modificar una conducta de apatía en nuestro entorno, es indicar actividades en cuanto a las habilidades que posee cada estudiante, reforzando a través de la mediación con sus compañeros las dificultades que se puedan presentar, incentivando el trabajo en equipo y el logro de objetivos. 
  7. Y algo muy importante, modelar conductas apropiadas para que el estudiante pueda imitar la conducta deseada; este aspecto es vertebral al conversarlo con los padres y representantes, pues los  niños y niñas aprenden y actúan conforme a lo que están observando sobre todo de los adultos significativos como padres y maestros.  En tal sentido, se puede considerar que, de acuerdo con la teoría del aprendizaje social, los niños pueden modelar o aprender la apatía escolar a través de la observación de comportamientos y tratos no operativos de sus adultos significativos, o porque el ambiente escolar no le ofrece estrategias bien diseñadas que le permitan evitar comportamientos de este tipo.


MSc. Belkys Pérez de Zambrano
Orientación de la Conducta

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